No hay nada como la propia experiencia

Cuando creamos cursos de e-learning, nos preguntamos qué es lo que hace que un curso sea efectivo y valioso. ¿Es la calidad del contenido? ¿Las actividades? ¿El diseño gráfico?

Existen, sin duda, muchas respuestas válidas, pero, después de años de experiencia, podemos decir que hay una cosa que siempre debemos recordar: la experiencia es la maestra de todas las cosas. Las personas aprendemos a partir de la experiencia, y la formación basada en escenarios ramificados pone el foco en la práctica y la toma de decisiones. Veamos este caso:

Los trabajadores de una empresa de gas y petróleo podían definir e identificar los conceptos principales de primeros auxilios y, también, responder las evaluaciones del curso. Sin embargo, cuando se produjo un accidente, no supieron qué hacer, cómo actuar ni cómo poner en práctica la teoría que habían incorporado. La empresa necesitaba una solución que ayudara a sus empleados a superar estas situaciones diarias, que les enseñe a tomar decisiones de vida o muerte y que, a la vez, sea un espacio seguro para que puedan perfeccionar sus habilidades.

Elige tu propia aventura

Entonces, ¿cómo enfrentamos este desafío? ¿Cómo logramos que los alumnos adquieran experiencia y se mantengan comprometidos con el curso? La respuesta es simple: escenarios ramificados.

Superamos el desafío creando un escenario ramificado, en el que las personas tenían que decidir qué hacer en cada momento de la historia planteada. De esta manera, dirigían el rumbo de la acción y obtenían diferentes resultados. ¿Deben llamar a una ambulancia de inmediato o aplicar primeros auxilios? ¿Deben mover a la persona herida o dejarla en su lugar? ¿Qué deben hacer?

Los escenarios ramificados construyen recorridos de aprendizaje diferentes y exploran distintas situaciones. La clave es crear un ambiente seguro para que los alumnos tomen sus propias decisiones, lo que le otorga un valor real a la experiencia formativa. En los escenarios, no se juzga, sino que se busca desarrollar la reflexión propia de cada persona y enseñar cómo actuar ante situaciones difíciles mostrando las consecuencias que tienen sus decisiones y acciones. Al fin y al cabo, un curso efectivo debe incentivar a los alumnos a que piensen como si fuera la vida real.

Como la vida real, pero sin tanto drama

¿Por qué escenarios? Veamos algunos de los beneficios principales:

  1. Aumentan el nivel de compromiso por parte del alumno. Los escenarios ramificados requieren que las personas piensen y tomen decisiones constantemente, pero también que consideren las consecuencias de sus actos. El objetivo es que los alumnos sean participantes activos, en lugar de ser simplemente observadores pasivos. Con los escenarios ramificados, los alumnos se mantienen comprometidos y ganan experiencia muy valiosa.

  2. Fallar es seguro. Está demostrado que los errores no detienen el proceso de aprendizaje. De hecho, lo refuerzan. Y, lo que es más importante, los errores se convierten en recuerdos a largo plazo. En los escenarios ramificados, las personas aprenden de sus errores sin tener la presión de sufrir las consecuencias. Los escenarios crean espacios que reproducen desafíos y consecuencias de la vida real, pero son seguros porque no existen los riesgos reales. Es como la vida real, pero sin el drama. ¡Un sueño hecho realidad!

  3. Tienen un impacto muy alto con respecto a la retención y la transferencia. Queremos que las personas recuerden y apliquen lo que les enseñamos. Cuando hacemos que los alumnos piensen como si estuvieran enfrentando un desafío real, les estamos enseñando a aplicar el conocimiento. La práctica y la experiencia son la mejor combinación para garantizar la retención y la transferencia del conocimiento.

¿Vale la pena?

¿Vale la pena todo el esfuerzo para alcanzar estos objetivos? Definitivamente.

Desarrollar una capacitación basada en escenarios sin duda lleva su tiempo, pero los beneficios valen cada segundo.

Ahora, queremos que nos cuentes de tu experiencia: ¿ya usaste escenarios ramificados en tus soluciones? ¿Tomaste un curso que tenía escenarios? ¿Puedes pensar en un problema que resolverías con escenarios ramificados?

O, tal vez, tú tienes preguntas.

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¿Qué esperas para crear tu propia solución basada en escenarios?

Conclusiones

  • Los escenarios ofrecen ejemplos concretos para conceptos abstractos: permiten que el público pueda aplicar el aprendizaje en contexto, en lugar de simplemente recordar hechos.

  • Al permitir que los alumnos apliquen los conceptos en situaciones de la vida real, se promueve el aprendizaje profundo y se valoran las distintas perspectivas.

  • Si se aplican de forma correcta, los escenarios aumentan la empatía y ofrecen una mayor perspectiva con respecto a los desafíos que enfrentan otras personas.

  • Los usuarios aprenden a partir de la acción: sus decisiones controlan la historia, por lo que pueden ver y sentir el impacto que tienen en otras personas.

  • Los escenarios aumentan la motivación, el interés y la retención del material por parte de los estudiantes.

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