Todos sabemos que el feedback es una parte fundamental de los cursos de e-learning. La manera en que damos feedback puede definir si un curso será efectivo o no. El feedback es una herramienta que mejora el proceso de aprendizaje y que le otorga un valor y una experiencia real a la formación. Hay muchas maneras de dar feedback dentro de un curso, pero hay dos claros enfoques distintos: decir el feedback o mostrarlo. Es fundamental elegir el mejor enfoque para tu curso en cuanto a la efectividad y la creación de la mejor experiencia de aprendizaje.

Cathy Moore nos presentó este concepto cuando nos visitó hace unos años, que demostró ser extremadamente útil y efectivo. ¡Gracias, Cathy!

Veamos este ejemplo para entender la diferencia entre los dos: Es tarde. Todavía estás en la oficina. De repente, escuchas un ruido fuerte que viene de la calle. Hubo un accidente. Puedes ver a un hombre lastimado. ¿Qué haces?

Supongamos que eliges la tercera opción. Alguien que dice el feedback, diría: «¡Correcto! ¡Bien hecho! Esta es la mejor opción».

Este tipo de feedback le indica al alumno la respuesta correcta y luego se avanza a la siguiente pregunta. Elegiste la opción correcta, ¿pero sabes por qué fue la correcta? ¿Puedes imaginar qué pasaría si te encargas de los primeros auxilios? ¿O si miras desde la ventana?

Los alumnos pueden identificar la respuesta correcta, ¿pero pueden explicar por qué? Decir el feedback no logra proporcionar un sentido más amplio de las consecuencias de nuestras decisiones. Y, al saber las consecuencias, o al menos al considerar los distintos escenarios posibles, podemos mejorar y ajustar nuestras acciones de manera acorde. Intentémoslo nuevamente con la opción A.

Esta vez, una narración explica qué sucede y lo muestra con un video, que incluye efectos de sonido y música:

«El hombre está tirado en el piso. Otro auto llega al lugar antes que la ambulancia y, cuando me doy cuenta de mi error, ya es demasiado tarde. El conductor no puede ver al hombre y lo atropella».

El alumno puede ver de hecho las consecuencias de haber elegido la opción A, se da cuenta de que fue un error y entiende por qué no era la opción correcta.

Este tipo de feedback muestra las consecuencias de elegir esa opción. Mostrar el feedback proporciona información valiosa de una manera más clara, que ayuda a los alumnos a tomar mejores decisiones y a tener en cuenta los distintos escenarios que se pueden generar a partir de sus acciones.

Las piezas de formación que son más complejas requieren maneras más complejas de dar feedback. Por ejemplo, en nuestros cursos de e-learning basados en escenarios, el feedback se construye de maneras que resaltan las consecuencias de las decisiones de los alumnos. Decirles a los alumnos lo que hicieron mal es importante para que puedan aprender de sus errores. Sin embargo, mostrarles en vez de decirles es de hecho una mejor manera y más real para transmitir los conceptos. Mostrar el feedback es mucho más útil para piezas de aprendizaje más complejas porque, en vez de decirles a los alumnos lo que deberían haber hecho, el objetivo es mostrarles las consecuencias de sus decisiones o acciones para que ellos se den cuenta de cuál era la mejor opción. Mostrar el feedback les permite aprender mejor de los errores que cometen y retener la información que los ayudará a mejorar su desempeño.

El feedback efectivo puede aumentar la confianza de los alumnos y su motivación para continuar con la formación.Cuando tenemos un sentido claro del impacto de las decisiones que tomamos, empezamos a reconocer lo que necesitamos mejorar y a qué aspectos deberíamos prestar más atención. Cada alumno es diferente y el feedback debe dar lugar a la mejora para todos, para así motivar a la gente a ponerse objetivos más ambiciosos y a alcanzar un progreso real.

¿Qué harás para tu próximo programa de formación? ¿Dirás el feedback o lo mostrarás?

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